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Enclavada en la exclusiva Costa Azul, entre Niza y Mónaco, Saint-Jean-Cap-Ferrat es conocida en todo el mundo como “la península de los millonarios”. Este enclave, famoso por sus paisajes deslumbrantes y sus propiedades de lujo, es el refugio favorito de magnates, estrellas de cine y familias reales. En su territorio se encuentran algunas de las villas más caras y prestigiosas del mundo, rodeadas de jardines exuberantes y vistas inigualables del Mediterráneo.
El encanto de Cap Ferrat
Cap Ferrat combina la belleza natural de la Costa Azul con una exclusividad que atrae a una clientela élite. Desde finales del siglo XIX, este rincón ha sido un retiro para la aristocracia europea y continúa siendo un imán para los ultra-ricos.
Sus caminos costeros, como el famoso Sentier du Littoral, ofrecen vistas espectaculares del mar turquesa, mientras que instalaciones como el lujoso Grand-Hôtel du Cap-Ferrat, de cinco estrellas, consolidan la reputación de la península como un destino de lujo y refinamiento.
Las villas más emblemáticas y costosas
1. Villa La Leopolda
Considerada una de las propiedades más caras del mundo, Villa La Leopolda está valorada en aproximadamente 500 millones de euros. Construida en 1902 para el rey Leopoldo II de Bélgica, la villa se extiende sobre 8 hectáreas de jardines meticulosamente cuidados, que incluyen más de 1.200 olivos, limoneros y naranjos.
La propiedad cuenta con numerosas habitaciones, amplias terrazas y piscinas que ofrecen vistas panorámicas del Mediterráneo. Entre sus propietarios destacados se encuentran el banquero estadounidense Ogden Codman y la filántropa Lily Safra.
Dato curioso: La villa apareció en la película de Alfred Hitchcock Atrapa a un ladrón.
2. Villa Les Cèdres
Esta villa histórica, construida en 1830, también perteneció al rey Leopoldo II y tiene un valor estimado de 350 millones de euros. Rodeada de un jardín botánico excepcional, incluye 20 invernaderos y una piscina olímpica.
En su interior, se encuentran muebles antiguos, obras de arte únicas y una biblioteca que alberga más de 3.000 libros, además de una pequeña producción de vino en la propiedad.
3. Villa La Fiorentina
Diseñada en 1917 por el arquitecto estadounidense Francis Cott, Villa La Fiorentina es famosa por su estilo italiano y sus jardines diseñados por Harold Peto. En la década de 1950, fue un centro de reunión para figuras como Winston Churchill y Grace Kelly.
Aunque su valor exacto no se ha divulgado públicamente, se estima que alcanza varios cientos de millones de euros.
4. Villa Ephrussi de Rothschild
Esta villa, ahora transformada en museo, es un símbolo de la opulencia de Cap Ferrat. Construida a principios del siglo XX por la baronesa Béatrice Ephrussi de Rothschild, la propiedad es conocida por su arquitectura de color rosado y sus nueve jardines temáticos, que incluyen un jardín japonés y una rosaleda.
La villa, con vistas al Mediterráneo, sigue siendo una de las atracciones culturales más importantes de la región.
La vida en Cap Ferrat
Además de sus históricas propiedades, Cap Ferrat también es hogar de modernas mansiones de diseño vanguardista. Estas propiedades suelen incluir piscinas infinitas, spas privados e incluso helipuertos. Los precios de las propiedades en la península se encuentran entre los más altos del mundo, superando los 100.000 euros por metro cuadrado, y la demanda sigue siendo altísima.
Residentes y visitantes célebres
Cap Ferrat ha sido durante mucho tiempo un refugio para celebridades y personalidades influyentes. Entre sus residentes y visitantes más famosos se encuentran Charlie Chaplin, Elizabeth Taylor y Paul Allen. Actualmente, sigue atrayendo a familias reales, magnates tecnológicos y estrellas de Hollywood que buscan privacidad y lujo.
Además, las localidades vecinas, como Villefranche-sur-Mer y Beaulieu-sur-Mer, ofrecen puertos pintorescos, restaurantes con estrellas Michelin y una vibrante vida cultural.
Conclusión
Cap Ferrat no es solo un lugar, sino un estilo de vida que combina lujo, privacidad y belleza atemporal. Sus icónicas villas, cada una con una historia única y arquitectura distintiva, representan lo último en opulencia. Con su paisaje impresionante y una atmósfera de exclusividad sin igual, esta península sigue siendo un paraíso para los más ricos del mundo, un sueño inalcanzable para la mayoría.